EL ESTADO DE LA POBREZA – España 2017

VII informe anual sobre el riesgo de pobreza y exclusión de EAPN

17 de Octubre de 2017

Este estudio, denominado ‘El Estado de la Pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2016’, ha sido presentado este martes, 17 de octubre, por la  EAPN en Extremadura  en un acto institucional celebrado en la Asamblea de Extremadura con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

Según este informe, Extremadura,  tiene la tercera tasa de población en riesgo de pobreza o exclusión social «más elevada de todas las comunidades autónomas», pues es 7,9 puntos «superior» a la media nacional y se sitúa en el 30,4 por ciento, por lo que ha crecido 1,4 puntos porcentuales desde 2015.

Informe completo: http://www.eapn.es/estadodepobreza/

Acto Asamblea de Extremadura: https://www.youtube.com/watch?v=M2C6tctCTp0

En la Estrategia Europa 2020, lanzada a comienzos de esta década, el gobierno de España fijó el objetivo de reducir entre 1.400.000 y 1.500.000 el número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social y una reducción proporcional para el caso de la pobreza infantil, antes de finalizar 2019.

A falta de dos años, las evidencias estadísticas demuestran que no se ha avanzado en el cumplimiento de estos compromisos. Aunque se están registrando modestos avances en la reducción de algunos  indicadores, en general, se ha retrocedido con respecto al escenario inicial. De ello se deduce que será necesario introducir cambios importantes a fin de volver a la situación de partida, y una inversión social aún más destacada para llegar a la meta fijada, en el horizonte 2020.

EL INDICADOR AROPE EN 2017

En este último año, el indicador se ha reducido en 0,7 puntos porcentuales (345.000 personas menos), hasta llegar al 27,9% de la población, afectando a 12.989.405 personas. Es el segundo año que se produce una reducción, aunque modesta, del indicador.

El riesgo de pobreza y exclusión es similar entre los hombres (28%) y las mujeres (27,9%). Las diferencias más notables se registran entre los grupos de edad. Para los mayores de 65 años, el Arope es el más bajo, con un  14,4% (13,7% en 2015). La tasa de adultos de entre 30 y 64 años baja al  27,10 (28,5%  en 2015).

  • Las personas adultas jóvenes (16-29 años) tienen la tasa más alta, con un 37,60%, (36,4% 2n 2015).
  • La infancia (menores de 16 años) presenta una tasa de 31,70% (33,4% en 2015).

Las personas que viven en hogares con niños y niñas tienen tasas de AROPE hasta 30 puntos porcentuales más elevadas que las de aquellas que viven en hogares compuestos sólo por adultos.

En España, hay 1.541.700 hogares integrados por una madre y sus hijos frente a 355.700 en los que es el padre quien vive con los descendientes, según el INE. El 81,3% de los hogares monoparentales son en realidad “monomarentales”. En dos de cada tres de estos hogares el progenitor convive con un solo hijo, y en el caso de las madres, el 38,5% son viudas, un 36,4% separadas o divorciadas, un 13% solteras y otro 12% casadas.[1]

El 53,3% de los hogares monoparentales con 1 o más hijos/a cargo están en situación de AROPE, cifra que desciende al 28,5% en los hogares con dos adultos y niños/as a cargo.

 

La tasa AROPE de la población de origen extracomunitario descendió del 63,9% al 60,10% entre 2015 y 2016. El segundo grupo  con la tasa más alta lo forman las personas residentes de la Unión Europea, cuya tasa ascendió del 40,2% al 47,30%. La población española, que tenía una tasa del 25,5% en 2015, baja al 24,70% en 2016. Es importante señalar que la población extranjera en España no supera el 12% del total de la población de España por lo que, aunque la incidencia del AROPE es alta en estos grupos, este hecho tiene un peso reducido en el promedio general.

El diagrama siguiente muestra intersecciones que representan a los grupos que comparten dos o tres componentes del AROPE, así como aquellos que sufren un único factor.

Existe un 2,1% de la población que sufre los tres factores que integran el AROPE (2,2% en 2015): desempleo, pobreza y carencia o privación material (PMS). Se trata de 1.025.736 personas que se encuentran en la peor situación económica y social posible.

Con los datos de 2016 se observa que la pobreza es el factor de mayor peso en el indicador. Como se aprecia en el diagrama, vivir bajo el umbral de la pobreza acarrea consecuencias en términos de carencias materiales y de insatisfacción de necesidades que se consideran básicas (CMS). Otro dato importante que muestra este Informe es que no hay una correlación directa entre estar en pobreza y vivir en un hogar en desempleo, lo cual lleva a plantear que, además de resolver el tema de la falta de empleo (BITH), será necesario atacar de lleno las dificultades de carencia material y de rentas suficientes, mediante políticas económicas y sociales complementarias.

LA POBREZA RELATIVA

La pobreza ha aumentado para toda la población española en su conjunto, para las mujeres, para las personas mayores de 65 años, para los hogares monoparentales, para los/as extranjeros/as provenientes de la Unión Europea, para los/as que están en paro, para aquellos/as con educación primaria y, también, para los/as que tienen educación superior

La tasa de trabajadores/as pobres (que no superan el umbral de pobreza, a pesar de tener un trabajo) ha pasado de 14,8% en 2015 a 14,1% en 2016.

Pobreza severa

En 2016, aproximadamente el 6,4 % de la población, que vienen a ser más de 2,9 millones de personas viven en pobreza severa (viven en hogares cuyo total de ingresos por unidad de consumo es inferior a 4.104 € al año (342 € al mes).

La evolución reciente es levemente positiva, porque se ha reducido en 1,2 puntos porcentuales, en el último año, aunque con una variación territorial que va desde el 2,3 % en Cantabria al 13,6% en Canarias. En este último año, las cifras se han reducido en Galicia, Cantabria, País Vasco, Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Valencia, Baleares, Andalucía, Murcia y Ceuta, y han aumentado en el resto.

Sin embargo, si se tiene en cuenta el efecto de la inflación, con respecto al 2008 se habría producido un aumento y no un descenso, pasando de 6,4% al 7,8%.

LA carencia o PRIVACIÓN MATERIAL SEVERA

La tasa de carencia material severa es de 6,2% para las mujeres, y de 5,3% para los hombres (la media es de 5,8%). Si se observan los componentes de este indicador por sexo, se aprecia que la situación de las mujeres indica niveles de mayor carencia.

Los hogares monoparentales se encuentran en las peores situaciones de carencia material, en casi todos los items observados. Algunos ejemplos: el 55,6% no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año. El 16,6% no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada. Un 61% no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos. Un 17,4% ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad…) en los últimos 12 meses.

Con respecto a la edad, se aprecia el aumento de las dificultades de las personas jóvenes y de la población de origen extranjero.

Un 62,6% de los hogares tiene dificultades para llegar a fin de mes. Este grupo está compuesto por el 27% que tiene cierta dificultad, el 19% que tiene dificultad y el 16,6% que tiene mucha dificultad. Mientras los dos primeros segmentos experimentaron un descenso con respecto al año anterior, no es el caso del último, que representaba el 14,8% en 2015. Este dato evidencia el empeoramiento de los hogares más pobres en el último período analizado, algo más para las mujeres y para los hogares con hijos/as menores de edad.

LOS HOGARES CON BAJA INTENSIDAD DE TRABAJO (BITH)

La intensidad de trabajo por hogar se define como la relación entre el número de meses trabajados efectivamente por todos los miembros del hogar y el número total de meses que, en teoría, podrían trabajar como máximo todas las personas en edad de trabajar del hogar. El indicador comprende a las personas de 0 a 59 años que viven en hogares con una intensidad de empleo inferior al 0,2.

LA DESIGUALDAD

El 10% más rico de la población obtiene aproximadamente la misma renta total que la mitad de la población de España.

 Si se considera el Índice de Gini, se está produciendo un leve descenso desde 2014, pero el indicador sigue siendo muy alto: 34,5. Este sitúa a España casi cuatro puntos por encima de la media europea, sólo superada en esta medida de desigualdad por Serbia, Lituania, Rumanía, Bulgaria, Letonia y Estonia.

ANÁLISIS TERRITORIAL

Las comunidades autónomas de Navarra, País Vasco, La Rioja y Cataluña presentan tasas AROPE notablemente inferiores a la registrada para el conjunto del territorio nacional. Por el lado contrario, Canarias, Ceuta, Andalucía y Castilla-La Mancha obtienen las más elevadas. Entre ambos grupos, las tasas de riesgo de pobreza y/o exclusión de las otras diez regiones se distribuyen de manera más o menos homogénea a lo largo de la escala.

Según el AROPE, el mapa de España queda dividido como muestra el siguiente mapa.

La evolución del AROPE en el último año muestra que la pequeña reducción registrada en este último año (0,7 puntos porcentuales) no se repartió por igual a lo largo de la geografía española. La tasa AROPE se redujo en las siguientes Comunidades Autónomas: Islas Baleares, Asturias, La Rioja, Murcia, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Galicia y Castilla y León, así como en la Ciudad Autónoma de Melilla. El AROPE se mantuvo en Navarra y la Ciudad Autónoma de Ceuta. Por el contrario, el AROPE aumentó en Extremadura, Castilla La Mancha, Aragón, Comunidad de Madrid, Islas Canarias y Cantabria.

La desigualdad A NIVEL TERRITORIAL

La renta media española fue de 10.708 € en 2016, cifra que, al igual que otros muchos datos incluidos en este informe, no es en absoluto representativa de la realidad nacional, que mantiene diferencias de hasta 6.000 € entre algunas regiones. Las más elevadas corresponden al País Vasco y Navarra, respectivamente con 14.345 € y 13.408 € de renta media, y Cataluña, Comunidad de Madrid, Baleares y Asturias, con cifras entre 12.000 € y 13.000 €. Por el lado contrario, las más bajas se registran en Murcia y Andalucía, con rentas medias en torno a los 2.400 € por debajo de la media nacional, y Castilla-La Mancha, Canarias y Extremadura, con rentas medias casi 2.000 € inferiores.

Los valores más elevados  de Desigualdad S80/S20 corresponden a las comunidades de Andalucía, Cataluña, Murcia y Canarias, con coeficientes entre 5,94 y 8,12. Por el contrario, las comunidades de Asturias, Cantabria y La Rioja registran los valores más reducidos. Respecto a su evolución entre los años 2008 y 2016, las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria, La Rioja y Valencia han reducido su desigualdad y los mayores incrementos corresponden a Cataluña, Murcia y Canarias.

 

[1] Encuesta Continua de Hogares 2015 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), 2016.